Violencia cotidiana contra la mujer

No hay palabras para describirlo. Si ya existe demasiada violencia en el mundo como para digerirla, cuesta aún más admitir que se repite en los propios hogares, y contra los que deberían ser protegidos: las mujeres por ser motor indispensable del progreso en la actualidad; los niños como principal activo de la sociedad y del futuro; los ancianos por su experiencia y capacidad didáctica, que siguen tirando del carro en muchas familias. ¡Basta ya! Basta de violencia contra la mujer, basta de violencia en televisión, en los teléfonos móviles, en internet, en los trenes, en las instituciones, en los colegios, en la carretera, en el trabajo, contra el extranjero, contra la naturaleza, en los campos de fúlbol, en la radio, en la calle, en los hogares... violencia cotidiana que se ceba siempre con el que es débil para el que maltrata.